lunes, 6 de diciembre de 2010

Un pezzo di lei

¿Sabes esos días en los que nada sale bien? En los que cada paso que das es un tropiezo, cada decisión una equivocación, cada movimiento un resbalón y cada idea una catástrofe.
Esos días en los que piensas: "hoy no debería haberme levantado, estaba mejor en la cama".



Pero cuando ya nada puede ir peor te montas en el autobus y hay una niña, una pequeña niña jugando con sus muñecas, con animalitos y algún superhéroe y entre juegos ríe, suelta una carcajada sonora, deliciosa y a la vez perfecta. Y al oirla de repente tú también sonríes. No sabes por qué, no sabes cómo, pero te ríes.
Pues eso era él. Cuando el mundo se le derrumbaba, cuando ya no esperaba que nada saliese bien y todo fuese hacia abajo y hacia abajo... Aparecía de repente y la hacía sonreír sin permiso y sin saber por qué.


Y aún todo le recuerda a la misma persona, aún en silencio recuerda frases aprendidas de memoria, aún al acostarse pide porque él esté bien, y se teme que ese aún va a ser un para siempre.
Porque todavía cuando se acuerda, se le cierra la garganta y le afloran un par de lagrimillas y ni siquiera ahora se explica el por qué.
Porque ya no todo es un mal recuerdo, si no uno más, otro para la colección, otro para la carpeta de: "lo que podría haber pasado".
Quién sabe cuánto más estará ahí antes de pasar a la de "olvidados". Quién sabe.


Pdta: Por cierto, adoro esta música...


BuonaserA*

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