miércoles, 7 de julio de 2010

El tiempo y el hambre

Y él le da las gracias, las gracias por estar ahí, por aparecer de vez en cuando, como si le importara.
Si le importase aparecería él también de vez en cuando. La honraría con su presencia por lo menos una vez al mes, pero no, desaparece y si no le recuerda que está aquí y que existe, él no dice nada ni da señales de vida. Ella no entiende sus razones ni sus explicaciones y mucho menos todo lo que dice que la aprecia cuando ni siquiera le dedica un par de palabras a la semana.
Esta es la historia interminable.


Ella le espera y le espera y al final aparece, le contesta o no y vuelve a quedarla ese vacío, esa sensación hueca dentro, ese techo cayéndo sobre su cabeza, y a la vez ese maravilloso cosquilleo en todo el cuerpo, ese palpitar acelerado del corazón, esa sensación que le da la vida, que le da energía y que tanto necesita... él, esa sensación extraña, ese sentimiento diferente y familiar, lejano y a la vez tan cercano que lo nota dentro. Él y ya está. Él y nada más. No hay nada más en el mundo que la mueva como él, que la conmueva como él, que la haga vibrar tanto y de tantas formas.


Que, aunque la fuerza de cohesión sea débil, hay muchos puntos de unión.
Y el aire y el tiempo no los separan sino que los alimentan. La vida de él y la de ella tienen hambre la una de la otra y es imposible frenarlas.

BuonpomeriggiO*

4 comentarios:

  1. la historia interminable (eli)

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  2. "Interminable, porque ellos quieren que lo sea..." Gracias chicas (L)

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  3. Pero que bien escribe esta chica!!! ;) me encanta leerte!!! muchas gracias por lo de las fotos, me alegra que te gusten!!!
    muchos besitos de golosinas

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