domingo, 18 de abril de 2010

Interesting Nights

- ¡Cuánto habéis tardado! ¿Os he dicho ya que este sitio me da mal rollo?
- Es que no nos lo cogían, además el teléfono no iba muy allá... - explica Claudia con una media sonrisa brotándole de los labios.
- Sí, puede que aquí tampoco haya mucha cobertura y las líneas no vayan bien o algo así... - John le ayuda como puede.
- ¿Sí? Pues qué curioso porque... ¡yo recuperé la cobertura de mi móvil hace 20 minutos! - dice África intentando ponerles en un apuro.
- ¡Pues nos lo podías haber dicho! Me he dejado todo el dinero que llevaba suelto en el maldito teléfono...
- No quería interrumpir... - dice sonriendo pícaramente.
- Bueno chicas, ¿arrancamos? - dice John cambiando totalmente de tema.
- ¡Sí! Te seguimos, ¿vale?
John le guiña un ojo y sale del pequeño coche con una rápida carrera para no mojarse más, le ven montarse en su todoterreno a través del cristal y deciden que sea Claudia la que conduzca esta vez.
África la mira intensamente y Claudia conduce muy concentrada haciendo caso omiso a las miradas de su amiga.
- Bueno que, ¿me vas a contar qué ha pasado o no? - dice por fin África al ver que su amiga no arranca con el interesante relato, o al menos eso espera ella, que sea interesante.
- ¿Qué quieres que te cuente? He llamado al menos diez veces al hotel porque el teléfono no iba y por fin he conseguido hablar con Erica que había subido todas las maletas a la habitación e iba a llamar a la grúa para decir que no vinieran. Fin.
- ¿Cómo que fin? Habéis estado en la puñetera choza 45 minutos, ¡dime qué ha pasado de verdad! El teléfono funcionaba Clau, ¡si hasta mi móvil ha vuelto a la vida!
- ¿Y tú cuándo te has dado cuenta de que el móvil tenía cobertura de nuevo?
- ¡No me cambies de tema!
- ¿Quién te ha llamado?
- Estamos hablando de la choza y de lo que ha pasado dentro no de mi teléfono...
- ¡Áfri! Te ha llamado alguien... ¡cuéntamelo!
- Claudia, sabes que no me gusta hablar de mi vida privada y enterarme de la de los demás, ¿por qué no acabas con esto y me cuentas la verdadera historia erótico-festiva de la chabola del amor?
- Ha sido Roberto, ¿a que sí? ¡Has hablado con Roberto! - dice Claudia riéndose de las ocurrencias de su amiga pero sin olvidarse del tema.
- ¡No he hablado con Roberto! - exclama África viendo que es imposible desviar la atención de su teléfono móvil y de la maravillosa recuperación de la cobertura.
- ¿Entonces?
- Ha sido un mensaje...
- ¡Te ha mandado un mensaje! ¿Y qué ponía?
- Que tuviera un buen viaje, "pequeña África"... ¿qué coño quiere decir con eso de "pequeña"?
- No sé... será algo cariñoso... - se le escapa la risa floja.
- ¡Bueno, vale ya! ¡Cuéntamelo todo ahora mismo!
Han entrado en la ciudad siguiendo el todoterreno de John y han aparcado los coches en el parking del hotel.


Entran en el gran edificio por sus puertas giratorias de color dorado brillante y se dirigen a la recepción donde les está esperando Erica.
- ¡Eri! ¡Ya estamos aquí! - exclama Claudia abriendo los brazos.
- ¡Menos mal chicas! Ya he avisado a la grúa y este señor me ha ayudado un montón... - dice señalando al recepcionista, un señor mayor, delgado y canoso que les sonríe desde detrás del mostrador.
- ¡Erica! ¡He sobrevivido en una gasolinera igualita que la de la matanaza de Texas! - exclama África abrazándola.
- Me alegro de haberme venido en el taxi... - dice Erica sonriéndola.
- Mira, este es John - dice señalándole - nos ha salvado la vida y nos ha remolcado - sonríe pícaramente a Claudia mientras John y Erica se saludan amistosamente.
- Bueno chicas, si ya está todo en orden... tengo que irme - dice John mirándolas de una en una.
- No, no, no, no... de eso nada - dice África viendo que a Claudia le ha cambiado la cara.
- ¿Qué dices Áfri? Tendrá cosas que hacer y... - dice Claudia intentando hacer entrar en razón a su amiga.
- Pero Claudia... ¡nos ha salvado de la carretera del infierno y nos ha traido a la ciudad! Qué menos que invitarle a cenar... ¿no?
- Si, es cierto... tenemos que agradecérselo... - dice Erica captando por fin la situación.
- Bueno, de acuerdo... voy a ducharme y demás y vengo a recogeros... - dice John, al que no ha hecho mucha falta convencer.
- ¡Sí! Tú nos llevas a tu sitio favorito y nosotras invitamos - dice África concluyendo el plan.
- De acuerdo entonces, en una hora y media en la puerta del hotel - Erica se ha sumado a la creación del plan.
- Hasta luego entonces - se despide John dirigiendo su última mirada a Claudia.
- Hasta luego - contesta ella sonriéndole.
Las tres amigas ven como sale del hotel y se dirigen al ascensor. Esperan a que llegue alguno de los dos mirando como se iluminan los números de los pisos por los que pasa. Un pitido les indica que pueden pasar. Se miran en silencio. África suelta una carcajada y Erica le sigue.
- No sois normales... - dice Claudia mirándo a sus amigas troncharse de risa.
- ¡Oye! Danos las gracias... ¿ibas a dejarle irse sin más? - dice Erica entre risas.
- Además estoy enfadadísima contigo... - dice África poniéndose seria.
- ¿Y eso? - Erica no sabe de qué hablan.
- Ha pasado algo y no me lo quiere contar... - contesta África enfurruñada.
- ¿Algo de... algo? - pregunta Erica sonriendo un poco más.
Entran en la habitación guiadas por Erica que es la única que ha estado allí antes. Abre la puerta con la tarjeta del hotel y entran despacio. Es una habitación grande y la verdad es que bastante bonita, hay una cama de matrimonio y otra supletoria que parece comfortable.
- Venga Clau... cuéntalo ahora... que estamos en la intimidad de la habitación - susurra Erica.
- ¡Que no hay nada que contar!
- ¡Mentirosa! - exclama África.
Erica y ella se miran y después se asienten a la vez. De repente se abalanzan sobre Claudia tumbándola en la cama y haciéndola cosquillas. Se ríen sin parar y al final Claudia consigue soltarse y se levanta de la cama.
- ¡Estáis locas! Además, no me entretengáis más... ¡tengo que ponerme guapa! - y se encierra corriendo en el baño.
Las otras dos se quedan tumbadas en la cama riéndose como quinceañeras y pataleando sobre las almohadas.


- ¡No huyas! - le grita África desde la cama.
- ¡Tú calla y cuéntale lo del mensaje anda! - chilla Claudia a través de la puerta del baño.
- ¡¿Qué?! - pregunta Erica asombrada de que hayan pasado tantas cosas en tan poco tiempo.
África pone los ojos en blanco y acaba contándole a Erica como fue la recuperación de la cobertura. Se ríen y le chillan un par de cosas más a Claudia mientras preparan la ropa para esa noche. Ya han decidido qué ponerse. Esa promete ser una noche interesante.
*
"Thank you very much, old Roberto"
¿Old Roberto? No soy tan viejo... ¡eso ha sido por lo de "little"! Pues no lo decía yo por eso... pero bueno... Entonces se lo seguiré diciendo. Se sonríe por dentro.
El móvil suena de nuevo. Otro mensaje. Patricia... madre mía, parece que tiene un radar.
Que se va con sus amigas... pues vale. No me apetecía nada ir a cenar al sitio ese tan finolis que le gusta a ella... el camarero es un estirado.
¿Sabes? Yo también voy a salir con mis amigos.
Coge el teléfono de encima de la mesa y busca en la agenda. Elige uno de los nombres de sus amigos y llama.
- ¿Sí? - contesta la voz al otro lado del teléfono.
- ¡Raúl! ¿Qué tal?
- ¡Roberto tío, cuánto tiempo! ¿Qué es de tu vida? Bueno, ¿sabes qué? Quedamos a tomar unas cañas y me lo cuentas todo, ¿eh?
Raúl. Siempre dispuesto a quedar, a salir, a tomar unas cañas, unas copas, unos tercios, unos bailecitos, una fiesta, un aperitivo, una reunión, un póker, una cena... daba igual, siempre dispuesto a quedar con sus amigos. Se ponen de acuerdo en la hora y deciden llamar a los demás.
Sí, este plan le apetece más. Más que esa cena con Patricia y con su egocentrismo... ¿pero qué está diciendo? Si él la quiere...
Bueno, en todo caso, esa promete ser una noche interesante.

BuonpomeriggiO*

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