martes, 16 de febrero de 2010

Mar y Asfalto



Estaba mirando el reloj, las 12:30... a esas horas posiblemente ya se la habrían quitado.
"Pero bueno, esto era lo que tenía que hacer, no hubiese salido bien y yo no habría podido soportarlo..." se dijo.
Recordaba sus palabras una y otra vez: "Estás a tiempo... todavía te estoy esperando". Lo dijo hace ya tanto tiempo, y claro, "su tiempo" no iba a ser para siempre. Ella le había olvidado porque así lo había querido, él mismo se lo había ordenado, la quería demasiado como para no hacerlo.
Él no era capaz, su naturaleza no le permitía comprender que aquello fuese a acabar bien. Pero ella... la veía tan segura, tan decidida a intentarlo que incluso le hizo dudar... ¿y si tenía razón? ¿y si lo podían todo? ¿y si era verdad que era la "mujer de su vida"? Pero no. No aguantaría su propia inseguridad, los celos, la debilidad, las pequeñas y grandes tentaciones...
No, era demasiado difícil. A ella nunca le asustó lo difícil en cuanto a él se refería, era de corazón caliente, de impulsos fuertes, de sol y asfalto.
Nunca tuvo miedo, ella era tan fuerte... tan mayor, por eso le molestaba tanto que la llamase "pequeña", él nunca se lo dijo en serio, jamás lo pensó, ella era muy madura y estaba decidida a conseguirlo todo, pero no la dejó... él era de otra pasta, de mar y espuma, de lodo y tierra mojada... él no podía hacerlo.
Y ahora miraba el reloj... la 13:00, ella ya no era suya, "su tiempo" se había agotado, el plazo estaba cerrado y él no había hecho nada para evitarlo. Él la querría para siempre.


Ella miraba el reloj... la 13:00, ya estaba. No había vuelta atrás, se marchaba... estaba harta de hacer el ridículo, se sentía estúpida. Él ni siquiera había dado señales de vida... no sentía igual, no podía. El miedo no le dejaba. Pero ya era tarde, se marchaba y le olvidaría.
En ese momento se prometió que estaría bien y que aquello no le volvería a suceder. Jamás.



"Asfalto sobre tierra mojada y lodo, sol que calienta el mar y su espuma".

BuonaserA*

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