domingo, 14 de marzo de 2010

Suegros y espaguetis

Valla un par de "snobs". Pues sí, soy mecánico, ¿y qué? No creo que sea algo de lo que avergonzarse... que Don Julián no haya trabajado con sus manos en la vida y que Doña Leonor, alias "notemirosinoesporencimadelhombroyaúnasídagracias" no haya trabajado nunca es otra cosa.
No les he caído bien, ¡pero es que ellos a mí tampoco! No he parado de sonreír forzadamente en toda la comida, eso sí, todo delicioso... ¡con lo que ha costado ya se podrá! Ahora que donde esté la paella de mi madre... Bueno, el caso, yo sabía que los padres de Patricia estaban forrados, ¡pero no que fueran gilipollas!
Ahora que les he conocido entiendo el complejo de princesa de Patricia, y lo caprichosa que es... con todo.
De repente suena el teléfono, suelta una mano del volante y lo coge del asiento:
- ¿Sí?
- ¿Qué tal? ¿cómo lo has pasado? - dice Patricia al otro lado entre animada y preocupada.
- Bien cariño, todo estaba delicioso... - de momento no había mentido.
- Sí, ese restaurante es genial... ¿y mis padres qué? ¿qué tal te han caído?
- Pues bien cielo pero... escucha voy conduciendo... luego te llamo ¿vale?
- Eh, sí claro. Ten cuidado. Te quiero.
- Y yo - cuelga y vuelve a dejar el móvil sobre el asiento del copiloto.

¿Bien? ¡¿Me caen bien?! Bah... valla mentira. ¿Pero qué iba a decirle? "Patricia tesoro, tus padres son imbéciles"... después de lo bien que se porta ella con los míos... pero es que no es lo mismo.
Mi madre siempre ha pensado que Patricia es un poco "ñoña" y jamás se lo ha dado a entender de ninguna forma, sin embargo ellos... valla dos. Qué suerte de suegros.
Y entonces, al leer esa palabra en su mente, un escalofrío le recorre todo el cuerpo.
*
Están tumbadas en su sofá blanco y redondo pegadas a la televisión como moscas a la miel.
Atienden a la imagen sin apenas pestañear siguiendo las formas y colores de la película.
- ¡Bua! ¡Todo eso es mentira! - exclama África indignada con la televisión.
- Ya... no hay nadie tan perfecto... - dice Claudia casi suspirando.
Apaga la televisión puesto que ya se ha acabado la película.
- Vamos a recoger ¿no? - dice Erica rompiendo por fin el silencio.
- ¡Pero si llevamos todo el día limpiando! - se queja África.
- ¿Y la cocina qué? - recuerda Erica.
- ¿Qué le pasa a la cocina? - dice mirando hacia otro lado.
- ¡¿Pero tú sabes la que has montado para hacer unos malditos espaguetis?!
- Es que necesito mi espacio para crear... - dice dándose aires - además, le toca recoger a Clau.
- ¡¿Cómo?! - exclama Claudia que se había apartado de la conversación para que no le salpicase.
- Sí, sí... te toca la cocina a tí. Yo he hecho la comida ¿recuerdas? - dice África moviendo el dedo índice a la manera en que lo hacen las madres cuando riñen.
- Sí, ya... pero has ensuciado mucho para haber hecho esos espaguetis...
- ¡Y dale con los espaguetis! Si no te gustaban no haberlos comido...
- ¡¿Y qué remedio me quedaba?!
- Te hubiéramos traído la carta, no te digo con la condesa... - dice Erica sonriendo.
África se ríe y le señala la cocina. Claudia entorna los ojos vengativa y dice:
- Ya verás cuando me toque cocinar a mí... ¡vas a estar fregando hasta noche buena!
- ¡Oye! ¡que cuando cocines tú me toca recoger a mí! - exclama Erica.
Y todas se ríen.
- Bueno, a mí no me liéis que voy a pintar... - dice África levantándose del sofá.
- ¿Qué estás haciendo?
- ¿Nos lo enseñas?
- ¡No! ¡Cotillas! Es una sorpresa...
Y sale del salón descalza mientras las otras dos se miran.
- Bueno, la última vez que dijo eso trajo este sofá - dice Erica mirando el bonito sofá blanco que diseñó África para regalárselo en navidad.
- Dentro de nada sólo va a haber cosas hechas por ella en casa... - dice Claudia mientras se encamina a la cocina.
- ¡Te he oído! - grita África desde la habitación - ¡conseguirás quedarte sin sorpresa!


Claudia y Erica se ríen. Saben que es mentira. África no podría dejar de darles una sorpresa. Es su mayor hobbie... sorprenderlas.

BuongiornO*

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